miércoles, 17 de junio de 2009

Like a box of chocolate

Cuando uno llora por la muerte de un desconocido, llora por otras cosas.
Llora por lo efímero de la existencia humana. Llora por sus muertos y por el dolor punzante de una ausencia. O dos. O tres. Uno llora por llorar. Porque los ojos se le llenan de lágrimas y el cuerpo se entumece y tiembla por la amargura de un final que en algún punto es propio. Llora por la soledad; porque la muerte es, ante todas las cosas, lo único que todos experimentaremos total y absolutamente solos. Uno llora porque el corazón deja de latir, los esfínteres se relajan y no existe tal cosa como una muerte digna. Llora por todos los finales. Por todos los pendientes. Por todos los quizá. Uno llora por sus propias miserias. Por las ajenas. Porque por más que te aferres a la vida con uñas y dientes, en algún momento te va a dejar por alguien más lindo, más bueno, más vivo.
Life is not that into you. Get over it.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a mi se me da por llorar puntualmente por la persona que se va, decir "puta che!, por qué te tuviste que morir?, por qué vos?", habiendo tantos garcas que siguen lo más bien, me da bronca, hay personas que deberían tener vida eterna.

La Garrapata Vegetariana dijo...

Coincido con Anónimo, justo pensé lo mismo "habiendo tanta gente de mierda en este mundo ¿Porque se van los que hacen algo bueno?"