domingo, 28 de febrero de 2010

Your own... personal... Buda

Hace 4 días que me siento mejor.
Febrero fue, lejos, el peor mes de mi vida. Pero también fue el mes en el que aprendí mucho de mi misma. No paraba de pensar si todo "esto" es real. Que nada vale la pena porque, hagamos lo que hagamos, todos vamos a morir. Dudaba de la realidad. Tenía miedo de dormirme, pensando en que puedo no despertar, y no paraba de llorar.
Creo que durante febrero, toqué fondo.
No sé bien por qué empecé a leer sobre Budismo y Taoísmo. Creo que fue un poco por que siempre me dio curiosidad, y otro poco porque trabajo con gente interesante. Y como quien no quiere la cosa, me encontré con gente que no cree en un dios ni en varios; gente que busca desapegarse de todo, hasta de sí mismos. Gente que cree que el "yo" es una ilusión; y que cree que cuando cesa el ciclo de renacimientos, cuando se deja de existir, se alcanza un estado de total libertad.
No sé si creer en eso de renacer una y mil veces buscando el Nirvana, pero si hay gente out there, que no cree en un dios y está en paz con la idea de no existir, quiero que me ayuden a verlo así. Quiero eso. Quiero por primera vez hacer las paces con mi muerte, y disfrutar cada minuto de mi vida.
So I got myself a goal and some peace of mind, que no es poco.

domingo, 21 de febrero de 2010

No hay mal que dure mil años...

Volvió mi apetito.
Supongo que es un buen síntoma, pero no estoy muy segura. No estoy muy segura de nada últimamente. Por lo menos mi cuerpo decidió dejar de molestar, y empezó a portarse como siempre.
Me di cuenta de que lo único que me hace salir del círculo de la tristeza, es la música. Por eso, voy a dejar de patear la pelota, y voy a comprarme un cello. No pasa de la semana que viene. Todo bien con eso de que hay que tomarse un tiempo para elegir, pero necesito tener ese instrumento en casa para no tener que esperar la clase por un poco de paz mental en la semana.
Me da un poco de culpa sentir que surgieron cosas buenas de la muerte de mamá. Me agarró una urgencia por vivir que no sé dónde poner. Y me di cuenta de que la música es lo que me mantiene a flote.
La música y mis afectos... Pero bueno, mis afectos están todos tullidos, mutilados por la misma ausencia que me afecta a mí. Por eso siento que la música es el lugar en el que puedo apoyarme y sostenerme.
Creo que encontré mi bastón.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Nada

Cuando F. me dijo que era optimtsta al pensar que estaba perdiendo el tiempo estando triste, no entendí.
Claro, -me contestó- porque si hay algo que podés perder, te estás parando del lado del que tiene... Y no tenés nada. Nadie tiene nada.
Le dije que no me gustó un carajo esa frase, y me la remató con un: Por ahí quiero que veas las cosas desde otro ángulo.
En ese momento pensé que me iba a angustiar pero, por el contrario, me inundó una extraña sensación de paz. Estuve un par de días mejor, y casi que podía pensar en mamá sin largarme a llorar cada vez, pero la angustia empezó a volver hace un tiempo. Y me repito que está bueno que te queden cosas pendientes, porque significa que todavía tenés planes y querés hacer cosas, pero la tranquilidad no me dura mucho. Ya hace unos días que repetirme que "no tengo nada" no me hace sentir mejor...

martes, 9 de febrero de 2010

No voglia

Nada de ganas tengo.
Ganas de nada.
Es una sensación horrible... Siento que nada vale la pena, que nada tiene sentido.
Para qué, si igual me voy a morir.
Es algo super desagradable, pero el problema que tengo es que no pienso eso. Siento eso. Y no puedo sacarme esa sensación de la cabeza. Y sé, y entiendo que no es así... Pero cómo hago para erradicar ese sentimiento? El muy jodido está aferrado con uñas y dientes.
Y me pasa que no puedo disfrutar de nada. Ni de la comida, ni del sexo, ni de nada. Lo único que me sacó la cabeza del estancamiento por un rato fue cello, porque me exige mucho y no llego a pensar en otra cosa. Me pasó salir de la clase toda contenta, y recién ahí acordarme de que mamá había muerto. Sentí algo de culpa, pero también durante la clase tuve un respiro...
Y ahora mi profe se fue de vacaciones y acá estoy, llorando por los rincones.
Me cuesta comer. Me cuesta cantar. Me cuesta concentrarme en algo que no sea cómo se sentirá morirse.
¿Por qué no puedo alienarme otra vez?
¿Por qué no puedo ofuscarme por nenadas, como hacía antes?
Hace unos días escuché a un flaco en la tele, que contaba que cuando su papá murió, quedó insensibilizado con respecto a todo, a lo bueno y a lo malo. Y me siento un poco así, como entumecida. Veo que la gente se preocupa por sus cosas, por la vida de los demás, comenta...
Y todo me parece tan... Vacío.
También me dijeron que es normal sentirse así. Esa sensación viene con eso de sentir que te sacaron el piso de golpe, y con la brillante idea de que todo esto no puede ser cierto. Que esto no puede estar pasandome a mi.
Y si, fijate nomás que me pasó a mi.
Y ya no tengo a mi mamá.
Y la extraño.

martes, 2 de febrero de 2010

Plantita de alelí

"Allá en mi pago (Jujuy) todo se hace con música. Pa´las siembras y cuando se pastorea. Hasta en los velorios también a veces se baila y se canta. A veces lo hacemos medio llorando y llorando también".

Plantita de alelí, qué bonitos colores tienes.
Colores de mis esperanzas, colores de mis ilusiones.

Plantita de alelí, qué parecida es nuestra suerte.
Que para ti llega el invierno y para mi llega la muerte.

Plantita de alelí, de qué nos vale la hermosura.
Si se han de marchitar mañana tus flores en mis sepultura.

De Anastasio Quiroga

lunes, 1 de febrero de 2010

La marca del deseo

Después de un fin de semana existencialista, al fin tengo un poco de paz. Ahora no me duele el pecho, ni tengo ganas de llorar.
En el existencialismo, así como en la total frivolidad, no hay lugar para el deseo; dijo F. Y entre eso y que mi viejo me dijo "todo es por vos, por ustedes", terminé de entender.
Mamá, "mi Mume", decía siempre que hay que segur al deseo, y es así. Porque hoy es lo único que tenemos. Porque ahora es todo.
Respiro profundamente, y me sorprende el perfume de la chica que tengo al lado.
Es un lindo perfume.
Viajo en el 128, y el viento me golpea en la cara.
Vuelvo a casa.