martes, 27 de julio de 2010

00:15

Recién empieza el día y yo no me puedo dormir.
No es falta de sueño, para nada. Si pudiera frenar las ideas por un momento, estaría navegando por la quinta nube de Úbeda, abrazada al señor de las arenas... Pero no.
No me puedo dormir.
No me puedo dormir, pero tengo un sueño que me caigo.
Y... Por qué no te dejás de joder con la cajita esa y te acostás de una vez? Si hasta la perra te mira con cara de "Dale, mople. Terminala con el tiki-tiki y dejame dormir" desde abajo de la frazada. Y no. Porque siento que se me va la vida durmiendo.
Es una idea tonta. Bastante precaria, if I may.
"Se te va la vida durmiendo"
Y sé que no es así, porque en mis momentos más lúcidos me pido por favor dormir un rato más, porque sé que si duermo 5 horas dos o tres días seguidos, después soy un paramesio aletargado que apenas puede con su alma.
Y acá estoy, tomando la decisión más brillante de la noche: No desenchufar el coso este, quedarme pegada al chupete electrónico.

Curioso.
Siempre me dijeron que de chiquita, nunca quise el chupete.
Modernidad o regresión. O las dos

¿Y si le pongo Hibernar, qué pasa?

sábado, 24 de julio de 2010

Traveling

Fue como viajar en el tiempo. Volver a un momento feliz, viajar 8 meses atrás.
El viaje fue un reencuentro, suyo y mío
Nuestro.
Volver a ese lugar en el que yo soy mujer, cómplice y par. Volver a funcionar como cuando estábamos solos. Volver a los mimos sin pausa, a la libertad del espacio propio, a las duchas de a dos.
Dejar de ser hija me ayudó a repensarme. A pensar en lo que hicimos cuando mamá murió, que dejamos todo y nos mudamos con el viejo. Y papá es un sol, pero antes de ser un dulce, es un padre... Es mi papá.
Salirme del lugar de hija me hizo fuerte. Me hizo recordar que no puedo esperar. Me hizo darme cuenta de que ya no soy la nena que se fue de casa... Darme cuenta de que no soy mi mamá, y que tampoco quiero serlo.
Soy solamente yo. Que no es poco.

jueves, 22 de julio de 2010

Volver

Y darme cuenta de que nada cambió entre nosotros... Es reconocer que, en algún lugar, está escondida la chica que yo era cuando te conocí.
Si, esa que se reía todo el tiempo.

domingo, 11 de julio de 2010

20 minutos

En ese tiempo nos vienen a buscar, y partimos hacia las playas y el calor.
Es extraño irnos de luna de miel después de tanto tiempo. Después de tantas cosas.
Es raro estar festejando después de los 7 meses más largos del mundo.
Es olvidarse un poco y, en palabras de Fede, eso es sano. Olvidar un poco de esto, es poder pensar más en otra cosa...
Y si, tenemos otras cosas en mente.

jueves, 8 de julio de 2010

Hacer las paces

El tiempo pasa y con él nos vamos dando cuenta de que realmente es así, y que no se detiene. Es una cinta que avanza non-stop hacia los confines del futuro; sin rumbo fijo, sin baranda, sin cinturón de seguridad.
El tiempo se mueve y, de maneras misteriosas, todo empieza a encontrar su lugar: Todo se acomoda.
Y sé que seis meses atrás yo sentía distinto, pero hoy es más fácil. Hoy siento que puedo.
Esta mañana Marido me hizo llorar. No me gusta llorar, así que si lloro es por algo serio. Y en lugar de no hablarle por todo el viaje, en vez de no mirarlo nunca más, lo agarré de la mano. Le hice una caricia y seguí llorando.
Lloré porque duele.
Él no me lastimó queriendo pero, contra todo pronóstico, pude perdonarlo ahí mismo, a las 5:40 de la mañana.
No me reconozco, pero esa chica que veo, me da esperanza. Y me animo a pensar que todo pasa por una razón. Y sigo sin permitirme festejar a pleno las cosas buenas que llegaron como consecuencia de la ausencia de mi “mume”…
Pero, de vez en cuando, sonrío.