domingo, 31 de octubre de 2010

Cíclica

Y es por eso. Por lo mismo que no tengo grises.
En mi vida, en mi cabeza, en lo más interno de mi ser, no hay grises. Mamé eso durante toda la vida, y es un aprendizaje diario el pensar en posibilidades "intermedias".
Entonces tengo momentos en los que me vuelvo completamente anal, loca del control. Esto va acá. Aquello no. Y hago listas interminables con tareas para hacer, y me comprometo mentalmente para llevar acabo un numero x de actividades por día, por semana, por mes.
Planifico.
Ordeno.
Priorizo.
Clasifico.

And then, suddenly: Chaos.

Me emborracho. Me como todo. Duermo como si no hubiera un mañana. No hago nada de mi hermoso listado "To Do". Nada de nada.
Y eso soy. Blanco y negro, buscando el equilibrio... Y creo que es una tarea de toda la vida.
Es gracioso, pero me doy cuenta ahora, recién ahora mientras escribo, que lo que tengo que hacer es ponerme objetivos más "realizables".
Nada para hacer todos los días. Meditar y tocar a JuanCa algunas veces por semana, pero no todos los días. Y correr cuantas veces pueda, que es un nuevo descubrimiento. Y Dormir más. Y eso. Tranqui. Disfrutando el paisaje.
Y que la vida no sea eso que pasa mientras estamos ocupados pensando en otra cosa.

sábado, 23 de octubre de 2010

Under pressure

Hace un rato que le estoy dando vueltas al asunto, y no sé cómo escribirlo. O si se, pero no me acuerdo de una parte.
To summarize:

Pasó el día de la madre.
Marido se fue de viaje.
Murió un muy amigo de una gran amiga.
Nos pasamos la tarde de tapas, hablando de la vida, del amor y de nuestros muertos.
Vale aclarar que antes yo tomaba como un vikingo, pero desde que estoy flaca, un Gancia me hace reír, y una porción de fritas me deja patas para arriba.
Sigue la semana, y me voy a dormir a casa de otra amiga.
Abriendo el tercer blanco, nos decimos que nos queremos, nos abrazamos y mi cabeza hace un fundido a negro.
Me despierto hora y media después de mi horario de laburo, al lado de un balde y con comida china en el pelo. Baño mediante, estoy en la otra punta de la ciudad pero voy igual. Ya había una baja en la oficina, y pese a un ataque al hígado feroz me sentía bien, así que fui para blanquear mi conciencia.
Voy, hago mi papel, doy lástima a cuatro manos y casi no como.
Mi jefa cree que estoy embarazada, y no da decirle que tengo una resaca masiva de una semana de duración.
A papá nunca le conté.
A Marido sí, vía Skype.

No sé por qué me estoy pegando tanto. Por ahí porque no celebré el día de la madre. O puede ser la presión laboral. O que sin Marido tengo dosis doble de Padre. O que sin Marido todo se me hace cuesta arriba.
El lunes lo charlo con Fede y les cuento.

domingo, 17 de octubre de 2010

Jose*

Ayer cumplió años mi tío.
Mi tío border, el que no quiere volver más a la casa de su hermana muerta.
Mi tío músico, la causa primera para que mi cerebro juvenil asociara arte con reclusión, vicios y destrucción. El tipo que me mostró que la locura era el fin único e irrevocable de la música... Del ser sensible. El resultado inamovible de ser sensual.
Ayer tuvimos la charla telefónica más corta y berreta del universo. Corta, cortísima. Se sentía por todos lados que ninguno de los dos quería estar del otro lado del teléfono...

Por culpa de Jose entendí temprano que la genialidad y la locura van de la mano.
Por culpa de Jose, le tengo miedo al arte.
Por culpa de Jose, no puedo dejar de cantar.
Te quiero, Jo.

* Jose se dice así, con acento en la o, así que no hace falta tilde.

jueves, 14 de octubre de 2010

Run

Tengo un plan.
Medio desordenado, medio así nomás, pero creo que puedo llevarlo a cabo.
El plan incluye principalmente dormir, meditar, tocar a JuanCa al menos una vez al día, empezar a correr, comer para vivir, montar definitivamente mi estudio de grabación en casa y volver a pintar.
Sé que son muchas cosas, pero con algunas ya empecé y es más fácil de lo que pensaba.
Me da como vértigo que todo esto sea como un golpe de locura, un rush adrenalínico... y que no sea algo continuo. Me da miedo hundirme en un mar de fiaca y no levantarme más.
Hay que superar la barrera de la paja, que es como la barrera del sonido, pero mucho más determinante.
Y hay que quererse, porque estos cambios los hace uno convencido si, y sólo si, uno se quiere. Y yo medio que no me banco mucho, pero creo que voy a hacer el esfuerzo.
Si mis amigas salen conmigo, no puedo ser tan mala...
O si.

viernes, 8 de octubre de 2010

Sick

Hacía años que no tenía anginas.
Cuando era chica, tenía tres o cuatro anginas purulentas y rabiosas por año, siempre con fiebres altísimas. Una vez tuve convulsiones por la fiebre, y me llevaron al hospital de niños. Recuerdo vagamente cuando me metieron en una bañera con agua helada, para bajarme la temperatura. Mamá siempre estaba ahí. Ella me agarró en brazos y se puso a correr por la casa. "Había que hacer algo". Por suerte a papá se le ocurrió frenarla, subirla al auto y llevarnos al hospital.
Hacía años que no tenía anginas y no creo que esto sea casual. Tener anginas a una semana del día de la madre, no me suena a coincidencia. No puedo separar el no poder hablar del dolor de garganta del hecho de que no voy a poder decirle "Feliz día" el domingo.
Mind over body.
Soy tan carne de diván.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Reminder

Se viene el día de la madre.
Todavía no decido si ponerme triste o no.