martes, 17 de noviembre de 2009

The simple life

Me caso.
Uh-si-quelindo.
Pero es en un mes.
¡Oia!
Faltan mil cosas y todavía no sé qué ponerme.
Salimos de recorrida, 4 mujeres desesperadas en busca del outfit perfecto, porque tiempo para arreglarlo no sé si hay. Siete horas más tarde, encuentran un vestido. Gris, harmoso. Le falta un botón.
¡No es nada! No por nada me dicen McGuiver: El primer día de soledad en casa, le saco todos toditos los botones al vestido y lo vuelvo a guardar. Dos semanas depués, botón en mano, me voy a Lavalle llena de ansiedad.
¡Holaquetalnecesitounbotóncomoestedeacá!
Cuarta mercería. 39º de térmica a la sombra son implacables en Eleven.
Hola querida. ¿Buscás uno como este?
Suena la música de Feliz Domingo, justo cuando se abre el Cofre de la Felicidad. El vestido, Nomarido y yo nos vamos a Bariloche.
Ese mismo. Mismísimo.
Respiro. Al pedo saqué todos los demás, voy a tener que volver a coserlos.
Vuelvo a casa y pasan los días. Tres tardes antes de la ceremonia pongo todos los botones y lo llevo a la tintorería.
*Pffffffffffffffffffff* (ruido de vapor y tintolelo)
¿Y, todo bien?
Quedó bárbaro, gracias.
Clink-caja y vuelta al hogar.
Estiro el vestido sobre la cama, los ojitos emocionados porque ya falta poco, "vos y yo tenemos una cita este viernes" le digo mientras lo estiro, y ahí nomás veo un bultito.
Levanto la falda con miedo a arrugarlo y encuentro un paquete con la marca del vestido, señal unívoca de que ese paquetito había estado ahí todo el tiempo.
Como no podía ser de otra manera, dentro del paquete, había un botón.
Original, tintorereado, chiche bombón.

Silvio Soldán se me rie en la cara y se va haciendo trencito al ritmo de un cha-cha-chá, con una legión de costureritas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pasa en las mejores familias...

Pd:Me paso lo mismo con un pantalon, se me habia salido el boton, en el laburo encima y yo corriendo a la merceria, cosiendo en la merceria..y que descubri cuando me lo saque, que eso que me jodia era el botoncito ese...

beso