Con mamá queríamos estudiar cosas juntas. Alguna vez me confesó que tenía ganas de tatuarse. Quería cantar en nuestro casamiento. Siempre soñó con conocer Grecia, un poco por el paisaje, otro poco por Shirley Valentine. No se llevaba muy bien con el envejecer, siempre tan coqueta. Le gustaba la menta, el verde y las extravagancias. Estaba feliz con sus pericias, apasionada en su trabajo. Se preocupaba por mí todo el tiempo, y seguía enamorada de papá.
Ayer hubiera sido su cumpleaños.
Brindamos por ella, y nos fuimos a dormir.
Hoy no tengo ganas de nada...
2 comentarios:
Abrazo grande y un te quiero enorme.
Siempre es bueno tener ganas de hacer cosas.
Aunque a veces el tiempo no alcance.
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