Es tremendo el ruido del silencio. El rugido de las olas y los embates de un viento frío que nos exige la retirada. El mar es el destino: El fin.
En el día en que se cumplen 6 meses de la muerte de mamá, entregamos las cenizas de Oscar al mar. "Es decirle adiós otra vez" escucho entre llantos y ¡ay!, cómo te entiendo.
Y me acuerdo de Ventana, cuando dejamos a mamá.
Me acuerdo de que en parte me quedé con ganas de decir algo...
Acá es distinto: El ruido a tormenta, viento y mar hace imposible cualquier duda; y así me convenzo de que las palabras sobran y respiro profundo la sal y el frío. Y lloro por él. Y lloro por ella. Y lloro por nosotros, que los extrañamos tanto.
Quisiera poder hacer que no duela tanto, amor. Quisiera con toda el alma.
2 comentarios:
Ya podrás.
Ya podran.
Ya saldra ese algo que no duela tanto.
Beso a ambos.
Los quiero.
Beso grande, amiga :)
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