jueves, 30 de septiembre de 2010

Abre los ojos

El reconocimiento de un colega de una vocación perdida y reencontrada, me hizo volver a mi. Volver a mi como se vuelve en sí después de perder la conciencia.
Es raro, pero mientras escribo esas tres palabras (perder la conciencia), me acuerdo del último "desmayo" de mamá. Ella dejó de respirar, murió por unos segundos... Y se hubiera muerto del todo si papá no la reanimaba. Una sola vez le pude agradecer a papá por dejarme despedirme. Una sola vez, pero si el no la traía de vuelta, no la hubiera podido besar antes de que se fuera.
"Mirá que lindo, sos una artista", dijo el profe. "Vos, vos sos grosa", dijo mi compañera de armas en las trincheras del color... Y yo pienso en despertar, y el primer despertar que hace eco es ese último despertar de mamá.
¿Será que creo en el despertar recién cuando una parte de uno murió?
Creo que la muerte nos hace más permeables a la sensación del cambio. Una muerte hace tangible y real el awakening. Despertar. Surgir. Brotar. Nacer.
Ya te dije, morir es como nacer.
Y, últimamente, estoy pensando mucho en eso...

2 comentarios:

Ana María Mesa Villegas dijo...

Yo también pienso harto en eso, pero no me sale tan bien como a ti... te dejo la entrada:
http://permisomedesahogo.blogspot.com/2010/09/dejarse-ir.html

¨ce_ dijo...

Ya mismo voy a leerte :)